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San Fernando del Valle de Catamarca
25 mayo, 2025

Una aproximación al papado de León XIV

El presbítero Daniel Torres Cox trabajó en pandemia con un grupo de peruanos, muchos de ellos de Chiclayo, que se inscribió a un curso virtual de la Universidad FASTA. Fue la puerta para conocer una comunidad que por entonces guiaba el obispo Robert Prevost, hoy el Sumo Pontífice.

El Presbítero Daniel Torres Cox es el capellán del Colegio FASTA Catamarca y asiste a la comunidad local. Nació en Perú, tiene 39 años, fue ordenado sacerdote de FASTA en 2019 y en Perú atendió a las comunidades hasta 2023, con viajes a Ecuador, Texas y Costa Rica para realizar también allí su misión apostólica dentro de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino. En aquella estadía en Perú conoció al obispo de Chiclayo, monseñor Robert Prevost, quien hace pocos días fue elegido como el 267º Papa de la Iglesia Católica Romana. En diálogo con Revista Express, cuenta el cariño que la gente le tiene y la reciprocidad que correspondía; y nos da una primera aproximación al papado de León XIV.

Torres Cox está instalado en Argentina desde 2024, reside en Tucumán y una vez por mes viaja diez días a Catamarca a continuar con su misión. Mientras vivió en Lima, entre 2021 y 2023, inició un contacto, en el marco de la pandemia con una comunidad y un grupo de gente en Chiclayo, también en Perú. “Este grupo había hecho un curso con la Universidad FASTA, y en 2021 empezamos a viajar a Chiclayo para conocer a la comunidad allá. Una vez que eso empezó a tener una cierta viabilidad fue que pedimos una audiencia con el obispo del lugar para presentarnos formalmente como FASTA. Ahí fue que pude conocer personalmente a monseñor Robert Prevost en ese momento. Algunos le decían con cariño ‘Monseñor Roberto’. Ya para el 2022, yo hacía un viaje al mes o cada dos meses y me quedaba en Chiclayo por una semana, más o menos. Estando allá, nosotros trabajábamos con grupos de familias, y yo celebraba misas en el Santuario ‘Nuestra Señora María Madre de la Paz’”, contó el sacerdote.

En este sentido, dio su impresión sobre Prevost en base a sus encuentros personales, “pero sobre todo de lo que la gente y los sacerdotes comentaban respecto de él”. “Lo que todos decían es que era un hombre bastante cercano. Habré hablado con él tres o cuatro veces en ese tiempo que visité Chiclayo, y el más extenso fue en una audiencia que tuve con él en noviembre de 2022. Cuando vas de misión, siempre está la expectativa de conocer al obispo del lugar y entonces hablaba con los sacerdotes amigos de cómo era el obispo, y todos me transmitían lo mismo. Mucha tranquilidad, mucha paz, cercanía. El pueblo chiclayano y los sacerdotes tenían con él no sólo mucha confianza, sino también un trato muy cálido y de respeto, que se notaba que iba de ida y vuelta”, recordó.

“De hecho, en la misa de despedida de Chiclayo, un sacerdote joven le dirigió unas palabras frente a toda la comunidad eclesial con el cariño real de un hijo a su padre. Él era muy querido por los sacerdotes, le tenían un cariño realmente muysincero, no era un cariño a veces fingido, como el que se imposta para caerle bien a alguien. Con él era todo lo contrario: un trato muy cercano, muy transparente, de mucha confianza. Él celebraba misas en la Catedral e incluso solía hacerse un tiempo entre todas las ocupaciones que tenía para regularmente almorzar con los sacerdotes que también hacían allí sus labores pastorales, por lo menos una vez por semana”, sostuvo.

También recordó que Monseñor Prevost “era muy austero en su forma de vestir”. “El Obispado de Chiclayo era un lugar que no tenía ostentación, sino todo lo contrario. Era bastante sencillo. Chiclayo es un pueblo muy creyente, de hecho, dentro del Perú, se conoce como ‘La ciudad de la amistad’. Por un lado, es un pueblo de mucha fe y, por otro lado, también es un pueblo que te recibe con mucha calidez, por eso tiene ese apodo. Eso, sin duda, es algo que debió haber sentido Su Santidad. La gente te da mucho cariño. De hecho, si bien él se había ido ya de Chiclayo hacía un par de años, el saludo que hizo desde el balcón cuando fue anunciado fue un saludo primero a Chiclayo. A pesar de la distancia, a pesar de los dos años que habían transcurrido desde su partida, se ve que él guardaba mucho al pueblo de Chiclayo en su corazón”, explicó.

– ¿Cómo cree que podría ser el papado de León XIV?

Sin ánimo de hacer futurología, creo que hay tres rasgos que podemos esperar del papado de León XIV.

El primero es su estilo cercano y, hasta cierto punto, informal en el trato. Si bien León XIV es de origen estadounidense, gran parte de su labor pastoral la desempeñó en Latinoamérica, en contextos donde el contacto con la gente era muy directo. Aunque siempre hay una continuidad entre un pontífice y otro en aspectos como el doctrinal, es posible que también veamos esa continuidad en el estilo pastoral.

El segundo rasgo es que será un papa que abordará los temas actuales más relevantes y críticos desde un punto de vista social. En su tiempo, León XIII lo hizo con la Rerum Novarum, que inauguró la doctrina social de la Iglesia. En esa encíclica, el papa abordaba los problemas derivados del socialismo y la cuestión obrera. De manera análoga, el propio León XIV ha señalado que la elección de su nombre responde también a la necesidad de afrontar un tema socialmente crítico que pone en riesgo la dignidad del ser humano: el uso de la inteligencia artificial. Seguramente hay más rasgos con los que León XIV se siente identificado con León XIII, pero al menos este ha sido expresado de manera explícita.

Finalmente, el tercer rasgo es que, al ser canonista -es decir, especialista en derecho canónico-, es alguien que puede aportar concreción y orden a muchos temas abiertos por el Papa Francisco. Francisco solía, por ejemplo, hacer declaraciones durante sus viajes, en las que planteaba asuntos de gran relevancia que generaban amplio debate. León XIV podría ayudar a dar forma jurídica y pastoral a muchos de esos planteos.

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