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lunes, 23 septiembre, 2024

Vélez le dice adiós a uno de sus jugadores más queridos: “Cacho” Ayala

jueves, 4 de abril de 2024 16:34

A pocos días de cumplir 86 años (nació el 17 de abril de 1938), falleció Andrés Pascual Ayala, conocido por todos como “Cacho”, quien fuera un emblemático y querido futbolista del Club Vélez Sarsfield de Catamarca.

Cacho era cordobés, nacido en Mar Chiquita, hijo del riojano José Andrés Ayala y Rosario Palomeque, cordobesa de Deán Funes. Era el único varón y tuvo cinco hermanas, Eva, Hilda, Mecha, Camila y Olga.

Toda su vida fue soltero, pero era gran familiero, y vivía para sus amigos, sobrinos y sobrinos nietos.

Con apenas 4 años llegó a Catamarca y desde su infancia se apasionó por el fútbol. Participaba de niños en campeonatos barriales con equipos que ya dejaron de existir, como Racing Vicario Central o 4 de junio.

En esos torneos lo vio jugar Reyes Moreno, dirigente de Vélez y lo invitó al club donde se quedaría toda la vida.

En la primera de Vélez debutó en 1958 y se retiró en 1970, siempre con la misma camiseta.

En inferiores había salido campeón en cuarta división, y al llegar a primera brilló con un gran equipo, conquistando un recordado tricampeonato en 1959, 1960 y 1961.

Jugaba en una época en la que no había cambios (sólo podía ser reemplazado el arquero), y recordaba como una de las mejores formaciones velezanas a la que integraban “Gata” Martínez-; “Palito” Guzmán, Santos Carrizo, “Rupachico” Barrionuevo y el “Minuta” Barrionuevo; “Nino” Barrionuevo, Enrique Romero y yo por izquierda; Juan Carlos Corro, “Nano” Rizo y Reyes Moreno. Alternaban con frecuencia otros jugadores notables como el “Perro” Ovejero, el “salteño” Vallejo” y más adelante lo hicieron otros surgidos del club como Jorge “Cachencho” González, Justo “Alo” Barros o Carlos “Amarillo” Acosta.

Para él fútbol y Vélez eran sinónimos. Sólo una vez intentó jugar para San Lorenzo, y resistió apenas un partido y se fue: si no era con Vélez no le interesaba jugar, aunque ya de grande compitió entre los veteranos.

Era un delantero rápido y liviano, que desequilibraba por su sector y tenía gran habilidad. Lo buscaron para que jugara en otros lados, como Tucumán, pero nunca quiso irse.

Hace poco tiempo recibió un homenaje de su querido Vélez, institución que lo recordará siempre como a una de sus grandes leyendas.

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