Lizy Tagliani rompió el silencio y confesó frente a cámara uno de los robos que cometió

Lizy Tagliani volvió a estar en el centro de la escena y esta vez no por sus ocurrencias en La Peña de Morfi, sino por confesar, ni más ni menos que frente a las cámaras, uno de sus robos más insólitos. Con su habitual desparpajo, la humorista relató un episodio que dejó a todos con la boca abierta: se llevó cuatro botellas de vino de un lujoso restaurante, sin pagarlas.

El fragmento salió al aire durante LAM, cuando Ángel De Brito decidió prender fuego al escándalo que ya venía calentito tras las acusaciones de Viviana Canosa. En medio del vendaval mediático, el conductor presentó un viejo video donde Lizy cuenta, entre risas, cómo se fue del local con una mochila más pesada de lo habitual.

“Me levanto al otro día y cuando me voy a trabajar en la radio digo ‘¡qué pesada está esta mochila!’”, relató entre carcajadas. “Ahí tenía como cuatro botellas de vino que me había llevado y empecé a llamar al restaurante. Las iba a devolver, pero me las regalaron porque me dijeron que estaban pagas”, explicó Tagliani.

Más tarde la conductora supo que esas botellas habían sido facturadas a nombre de Manu Urcera, el esposo de Nicole Neumann. Consultada la modelo intentó bajarle el tono a la situación: “Lo fue a devolver. Le dio cargo de conciencia al otro día”, comentó. 

Además enseguida aclaró: “Fuimos a cenar a un lugar con unas mesas espectaculares… divinas. Y bueno, pasó eso”. El episodio, aunque contado en tono de broma, se sumó a las fuertes declaraciones de Canosa, quien no solo cuestionó a Lizy, sino también apuntó contra Laura Ubfal y Georgina Barbarossa. 

“Antes de meternos en las terapias de pareja, yo soy una persona complicada”, había dicho Tagliani como introducción a la anécdota, en lo que muchos vieron como una forma de anticipar el desliz. Mientras tanto, en medio de defensas y ataques, el nombre del piloto de automovilismo quedó insólitamente metido en la polémica. 

Como suele suceder en la farándula argentina, la línea entre el chiste y el escándalo real es cada vez más fina. ¿Fue una travesura o una metida de pata con consecuencias?. Sólo el tiempo lo dirá.